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Desde 1999 los venezolanos han emigrado a países como Estados Unidos, España, Argentina, Chile e Irlanda |
“La situación-país” es una frase que se está
utilizando para todo y en distintos contextos, pro y anti gobierno. También es
la razón que ha llevado a buena parte de los jóvenes venezolanos a agarrar lo
que puedan, empacarlo en dos maletas, atravesar la famosa “Cromointerferencia
de color aditivo” de Carlos Cruz Diez, del aeropuerto Internacional de Maiquetía Simón
Bolívar, llenarse de valor y tratar –en lo posible- de comenzar
desde cero en un nuevo destino.
Bien sea Europa, Asia, Estados Unidos o Sudamérica,
los descendientes de "la patria de Bolívar” han dado pasos firmes para
quedarse en el exterior… algunos han regresado… pero para este post hemos
tomado en cuenta los que se han quedado y les explicamos cómo lo lograron.
Santiago de Chile-Chile:
Samantha Urosa Chópite es licenciada en
Comunicación Social egresada de “La Católica” se fue de casualidad y tuvo pocos
días para poner sus papeles en orden e irse al país sureño, lo que sí se puede
decir es que corrió con suerte debido a que en la empresa en la que trabajaba
en Venezuela, se presentó una oportunidad de irse a Chile y no dudó en
postularse y gracias a su profesionalismo, quedó y tiene más de un año en ese
territorio.
Lo que hizo en los pocos días que tuvo fue
legalizar sus documentos y tramitar Cadivi (Cencoex) para tener un colchón
económico a pesar que se iba con un empleo estable. Entre los papeles que
legalizó están: Título universitario y la partida de nacimiento por el
Ministerio de Relaciones Exteriores y por el consulado chileno.
“Este paso es importante ya que en Chile, para que
te reconozcan, cualquier papel debe haber pasado por la embajada y en el caso
de la visa por la que apliqué Residente
profesional, es necesario tener el título”, explica Urosa vía correo
electrónico.
En cuanto al tema de la residencia (nadie puede
llegar en el aire, a menos que tengas familia) la pagó desde Venezuela con tres
cupos electrónicos y pasaron dos semanas hasta que consiguió una señora que
solo le pidió el contrato de trabajo y el pasaporte para arrendarle un
apartamento.
A Sammy La visa
le tardó 6 meses en estar lista con cédula de identidad y todo, a los dos meses
le dieron un permiso de trabajo con visa en trámite, si llegas muy urgido por
empezar un trabajo que ya está acordado, Extranjería te da la opción de pedir
un permiso de "trabajo como turista” que dura 30 días y se puede renovar
tres veces, que es el tiempo que estás legal en el país (90 días).
El tema del
número de cédula también es muy importante porque cambia la perspectiva de
todo, ya que puedes optar, según Sammy, por una cuenta bancaria, contratar
servicios, hacer compras online (que aunque no lo creas es muy importante, todo
se maneja online en Chile).
Desde su perspectiva Chile es costoso, pero se siente segura. En el país la comunidad de venezolanos crece exponencialmente y constantemente están haciendo reuniones para sentirse como en casa. Los chilenos han recibido bien a los extranjeros porque se están acostumbrando a verlos con frecuencia.
Dublín- Irlanda:
Gabriela Guédez
solía trabajar como periodista en Venezuela pero vio en el país europeo una
oportunidad para tener un mejor estilo de vida y lleva casi un año allí.
Guédez pone
sobre la mesa una serie de recomendaciones –muy prácticas- a la hora de escoger el
próximo destino al que te quieres ir.
“Tienes que
conocerte bien y saber cuáles cosas no podrías soportar –temperatura bajo
cero, por ejemplo-, además de estar consciente de tus fortalezas y debilidades”,
explica la periodista egresada de la Universidad Católica Andrés Bello de
Ciudad Guayana.
Guédez comenta
que la mejor manera de saber cuáles son tus cualidades es a través de un
análisis F.O.D.A. (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas). Las
fortalezas y debilidades están dentro de ti… (¿Hablas el idioma del país al que
te quieres ir?, ¿Tienes hijos a los cuales mantener?, ¿Tienes algún talento por
el que puedas cobrar?) Y vaya que este es un punto importante.
En Venezuela
estamos acostumbrados a tener un título y ya, trabajar por ello. Este no es un
país de oficios, acá la gente solo se prepara para graduarse en la universidad
pero no valora otras opciones como ser peluquero, panadero, etc –incluso- se ve
mal a quien no haya pasado por la universidad.
Hasta yo he
pecado por eso, pero son aspectos que aprendemos con el tiempo y la
experiencia.
Volviendo al análisis
recomendado por Guédez, estan un par de aspectos, oportunidades y amenazas, que
recaen sobre el país al que te quieres ir… Las preguntas que te debes de hacer
son: ¿La ley te permite estudiar y trabajar cómodamente?, ¿Tu carrera tiene
alta demanda?, ¿Cómo está la economía de este país?, etc.
“De nada sirve
irse a un país con la mejor economía del mundo sino hablas el idioma o sin
permiso para trabajar”, argumenta.
Además del
análisis que te permitirá saber tus actitudes para emigrar… Guédez recomienda
otros aspectos como tener todos tus papeles en regla como título universitario,
partida de nacimiento, etc. Los sentimentalismo es otro aspecto que se debe de
minimizar en lo posible, hay que estar consciente que se perderán muchos eventos
familiares especiales y quizá estos no estén cuando más los necesites.
Hay que
prepararse lo mejor posible, tomar dos o tres cursos que te permitan
desarrollar un oficio sencillo que sea demandado en cualquier parte del mundo,
baristas, peluquería, panadería, chef pastelero, son un ejemplo de ello.
Conocer gente
local es muy importante, integrarse culturalmente, hacer voluntariados y esto
te permitirá ampliar tu red de contactos, no solo para conseguir un buen empleo
sino que te enriquecerá como persona.
“No
subestimar a los locales. Pensar que la gente del país que te recibe es odiosa,
molesta o de alguna manera desagradable, solo hará que esa falta de estima se
refleje, y a ellos también les cueste ver lo bueno en ti. Obviamente es una
cultura distinta, y a lo mejor habla más duro o menos, a lo mejor no están
acostumbrados a ver extranjeros (o están tan acostumbrados que han construido
ciertos estereotipos y queda en ti no dejar que eso te defina). Básicamente, no
llegar juzgando, sino con buena actitud y mente abierta”, opina Guédez.
En cuanto al proceso de visado Guédez no tiene
mayor información debido a que tiene nacionalidad europea pero por experiencia
propia no es tan fácil obtenerla en Irlanda.
En “La isla Esmeralda”, según Gaby, considera que
una persona que gana sueldo mínimo y trabaja tiempo completo puede vivir
modestamente. Debido a que en ese país los impuestos son elevados además de los
servicios básicos y los alquileres.
“Hay gente que está acostumbrada a tener su carro,
apartamento y cargo profesional, y acá se ve a pie, compartiendo habitación con
tres personas más y trabajando como lava platos, y se desmoraliza, incluso se
deprime; pero si eres buen trabajador y soportas las incomodidades al
principio, tu nivel de vida mejora. Suena trillado pero el primer año es el más
difícil, sobre todo para alguien que nunca ha vivido solo, o está acostumbrado
a valorarse en base a su estatus social o poder adquisitivo”, recomienda la
periodista.
A grosso modo, las personas que deciden irse del
país deben de estar preparadas para cualquier circunstancia. Muchas veces la
experiencia es la que te va determinando para qué puedes servir y para qué no.
Muchas personas hemos salido emocionados del país y con una maleta full de
ilusiones pero lamentablemente no hemos recibido un consejo a tiempo de cómo
manejar ciertas situaciones y terminamos volviendo, es por ello que irse más que un impulso, debe ser un
acto premeditado y bien estudiado.
Hasta una próxima oportunidad.
Fotografía: De todo un poco web
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