jueves, 16 de mayo de 2019

Mi primer año (laboral) en Perú

Un año laboral bien movido
El 6 de marzo cumplí mi primer año en tierras incas. ¿Me vine para acá con la intención de quedarme? Para nada, simplemente vine por tres meses –la idea era irme para Chile o Argentina- y las cosas “se fueron dando” para estar acá.

Sí, quizá es la historia del 90% de los venezolanos que estamos en Perú, es la realidad. No empezaré diciendo que en este país te reciben con bombos y platillos, pero sí me corresponde ser agradecido porque me ha ido bien.

¿Por qué me quedé? Para empezar, nunca me ha faltado trabajo, desde que llegué, mi primera oportunidad laboral fue en una revista como “Director editorial”, una gran  responsabilidad, un proyecto que se hizo con tanto cariño, mas no vio la luz de día porque no había dinero suficiente.
Esa oportunidad me la consiguió mi hermana Lilian que llegó un mes antes y ya me había “coordinado” un trabajo. Ya juntos ¿Qué más podíamos pedir? A trabajar, probar delicias peruanas y a echar para adelante.

Gracias a Dios, soy un ser intuitivo. Al ver que la revista no tenía mucha vida, empecé a postular en cuanto anuncio veía por ahí y me llamaron de una agencia de publicidad. Dejé de trabajar un viernes y ya el martes estaba empezando un nuevo reto.

La agencia
En la agencia conocí profesionales y creativos que con el tiempo se convirtieron en mis amigos, Carlos –Lucho- García y Liliana Petraglia. Con Lili, es de esas compañeras que haces click desde un primer momento. Trabajábamos en dupla –yo hacía las estrategias y ella las diseñaba- y de verdad que ha sido una maravilla, tanto que seguimos (los tres) trabajando en proyectos personales.

En la agencia se empezó a facturar menos –ouch- en eso se anunció un recorte de personal y yo fui uno de los que les dijeron “sashey away” (gracias por sus servicios). No me lo veía venir (acá sí me falló la intuición) y empecé a buscar trabajo como loco.

En vista que no llegaba ninguna oferta relacionada al área, nuevamente mi hermana fue mi salvavidas y me consiguió un chance en Bitel (una empresa telefónica). Estuve como tres meses allí ofreciendo planes y diciéndole a quien podía que “soy periodista y community manager”, uno no sabe quién podría ser el enlace a algún empleo.

Una de esas tardes, haciendo scroll en redes sociales, di con la oferta de una empresa que necesitaba “Community manager”, envié mi CV y enseguida me llamaron. Cuando llegué a la entrevista todo fluyó chévere hasta que pregunté “¿Qué tengo que hacer exactamente?” y me respondieron “Bueno es un mes de prueba y tienes que hacer de todo, después se dirá exactamente qué”. Eso me generó demasiado ruido, pero como necesitaba el empleo, minimicé el miedo y me arriesgué.

Resulta que cuando empecé a trabajar, eso no tenía mucho sentido. Yo estaba como pajarito en grama –viendo para los lados- pregunté por las claves de redes sociales y nadie sabía. En vista que “no tenía nada qué hacer”, la que estaba a mi lado (que fue la que me entrevistó), me mandó a pasarle unos números de las oficinas de la empresa, al celular, lo único que me pregunté en ese momento fue ¿Para eso me aprendí todas las teorías de la comunicación?

Eso quedó pequeño cuando la GRAN SORPRESA fue que en esa empresa hacen formación TODAS las mañanas, cual colegio. Había que estar 15 minutos antes de la hora oficial de entrada y dar los buenos días, al tercer día saltó mi olvidada intuición “acá no vas a durar mucho”.

Así fue entré en noviembre y trabajé hasta mediados de enero porque me llegó una oportunidad que tanto estaba esperando. 

"La calma"
Una empresa española estaba en la búsqueda de redactores SEO, envié mi CV, me llamaron y es donde estoy laborando actualmente. Todos los días le doy gracias a Dios por esta oportunidad.

Considero que para que uno eche raíces en un lugar, tiene que hacer un grupo de amigos sólidos, un buen empleo y en fin sentir estabilidad. Poco a poco he sentido eso, primero porque Dios me ha puesto buenas personas en el camino, mis padres están acá y además del apoyo incondicional de ellos, cuento con mi hermana, eso ha sido clave para mantenerme en estas tierras.

¿Qué he comido? ¿Qué he probado? ¿Qué me gusta? ¿Más anécdotas? En la próxima entrada les cuento cómo va todo.

Hasta una próxima oportunidad

1 comentario:

  1. Excelente
    Muchas bendiciones
    Desde el llano venezolano
    La tierra del Silbón
    Guanarito-Portuguesa

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