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Un año laboral bien movido |
Sí, quizá es la
historia del 90% de los venezolanos que estamos en Perú, es la realidad. No
empezaré diciendo que en este país te reciben con bombos y platillos, pero sí
me corresponde ser agradecido porque me ha ido bien.
¿Por qué me quedé?
Para empezar, nunca me ha faltado trabajo, desde que llegué, mi primera
oportunidad laboral fue en una revista como “Director editorial”, una gran responsabilidad, un proyecto que se hizo con
tanto cariño, mas no vio la luz de día porque no había dinero suficiente.
Esa oportunidad me
la consiguió mi hermana Lilian que llegó un mes antes y ya me había
“coordinado” un trabajo. Ya juntos ¿Qué más podíamos pedir? A trabajar, probar
delicias peruanas y a echar para adelante.
Gracias a Dios, soy
un ser intuitivo. Al ver que la revista no tenía mucha vida, empecé a postular
en cuanto anuncio veía por ahí y me llamaron de una agencia de publicidad. Dejé
de trabajar un viernes y ya el martes estaba empezando un nuevo reto.
La agencia
En la agencia
conocí profesionales y creativos que con el tiempo se convirtieron en mis
amigos, Carlos –Lucho- García y Liliana Petraglia. Con Lili, es de esas
compañeras que haces click desde un primer momento. Trabajábamos en dupla –yo
hacía las estrategias y ella las diseñaba- y de verdad que ha sido una
maravilla, tanto que seguimos (los tres) trabajando en proyectos personales.
En la agencia se
empezó a facturar menos –ouch- en eso se anunció un recorte de personal y yo
fui uno de los que les dijeron “sashey away” (gracias por sus servicios). No me
lo veía venir (acá sí me falló la intuición) y empecé a buscar trabajo como
loco.
En vista que no
llegaba ninguna oferta relacionada al área, nuevamente mi hermana fue mi
salvavidas y me consiguió un chance en Bitel (una empresa telefónica). Estuve como
tres meses allí ofreciendo planes y diciéndole a quien podía que “soy
periodista y community manager”, uno no sabe quién podría ser el enlace a algún
empleo.
Una de esas tardes,
haciendo scroll en redes sociales, di con la oferta de una empresa que necesitaba
“Community manager”, envié mi CV y enseguida me llamaron. Cuando llegué a la
entrevista todo fluyó chévere hasta que pregunté “¿Qué tengo que hacer
exactamente?” y me respondieron “Bueno es un mes de prueba y tienes que hacer
de todo, después se dirá exactamente qué”. Eso me generó demasiado ruido, pero
como necesitaba el empleo, minimicé el miedo y me arriesgué.
Resulta que cuando
empecé a trabajar, eso no tenía mucho sentido. Yo estaba como pajarito en grama
–viendo para los lados- pregunté por las claves de redes sociales y nadie
sabía. En vista que “no tenía nada qué hacer”, la que estaba a mi lado (que fue
la que me entrevistó), me mandó a pasarle unos números de las oficinas de la
empresa, al celular, lo único que me pregunté en ese momento fue ¿Para eso
me aprendí todas las teorías de la comunicación?
Eso quedó pequeño
cuando la GRAN SORPRESA fue que en esa empresa hacen formación TODAS las
mañanas, cual colegio. Había que estar 15 minutos antes de la hora oficial de
entrada y dar los buenos días, al tercer día saltó mi olvidada intuición “acá
no vas a durar mucho”.
Así fue entré en
noviembre y trabajé hasta mediados de enero porque me llegó una oportunidad que
tanto estaba esperando.
"La calma"
Una empresa española estaba en la búsqueda de
redactores SEO, envié mi CV, me llamaron y es donde estoy laborando
actualmente. Todos los días le doy gracias a Dios por esta oportunidad.
Considero que para
que uno eche raíces en un lugar, tiene que hacer un grupo de amigos sólidos, un
buen empleo y en fin sentir estabilidad. Poco a poco he sentido eso, primero
porque Dios me ha puesto buenas personas en el camino, mis padres están acá y
además del apoyo incondicional de ellos, cuento con mi hermana, eso ha sido
clave para mantenerme en estas tierras.
¿Qué he comido? ¿Qué he probado? ¿Qué me
gusta? ¿Más anécdotas? En la próxima entrada les cuento cómo va todo.
Hasta una próxima oportunidad
Foto: Gianpaolo Conetta
Excelente
ResponderEliminarMuchas bendiciones
Desde el llano venezolano
La tierra del Silbón
Guanarito-Portuguesa