Unos de los mayores problemas de nuestro país y nuestro continente es el abandono de las damas en estado de gravidez o peor aún con el preescolar consolidado. Miles de hogares se han formado con la ausencia del padre pero bajo el manto protector de la madre.
Carmen Figueroa es gerente de un banco, madre de dos niñas y divorciada y definió el rol de madre y padre como “nosotras somos unas súper mujeres porque a la vez somos mamá, papá, jefas en el trabajos, en el que me exigen bastante, limpiamos nuestra casa y encima buscamos la manera de superarnos, pero todo lo que se hace con amor sale bien”.
“Es bastante difícil resolver todos los problemas a la vez, los de tus hijos y los del trabajo, porque aparte tienes que pararte temprano, hacerle desayuno y almuerzo para encontrarlo listo, vestirte espectacular porque sino te ven mal en la oficina, maquillarte y andar en tacones, yo creo que la sociedad nos exige demasiado” comentó la súper mamá.
Figueroa, al igual que la mayoría de sus congéneres, no se siente realizada y al respecto dijo “sólo me sentiría realizada cuando me gradúe y vea a mis hijas graduadas por otra parte aún no me casaría de nuevo porque es difícil superar el trago amargo pero no es imposible.
Ildemaro Pugarita, sociólogo, comentó que “es bastante difícil definir a la mujer que es madre y padre a la vez, porque ellas tienen que cumplir una cantidad de exigencias establecidas por la sociedad, para poder cumplir ambos roles, pero en definitiva son admirables”.
Pugarita consideró que “las mujeres que llevan las riendas del hogar con la ausencia del padre es un problema social que arrastra nuestro país desde hace dos décadas atrás y que el Estado debería apoyarlas para poder aliviar sus cargas”.
Orgullo patrio
No se podría establecer cuáles de estos perfiles es el que mejor encaja para calificarlos como “el mejor”. La mujer venezolana desde cualquier ámbito que se desenvuelva lo hace excelente con o sin herramientas.
Definitivamente que desde el hogar, donde busca satisfacer a todos y cada uno de los miembros de su hogar, o desde la oficina, donde trata de mantener el orden entre los empleados y evitar decaer ante los insultos del jefe, las mujeres de nuestro país merecen la reverencia de todos y cada uno de nosotros los hombres, los que les amargamos la vida pero que igual no pueden vivir sin nosotros y nosotros no nos podemos imaginar una vida sin ellas… o por qué cree usted que Dios sacó precisamente de nosotros una costilla para brindarnos la mejor compañía del mundo.
Las damas venezolanas han demostrado que la verdadera mujer feminista es aquella que no tiene problemas en realizar labores masculinas pero: vestidas de punta en blanco, con el cabello extremadamente liso y con las canas totalmente coloreadas además de tener una faja que le esconde esos kilogramos demás, radicalmente depiladas y encima con unos tacones número 10… ¿Quién dijo que estas mujeres no son arrechas?
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